Crónica
Estar en Segunda B y terminar descendiendo. Es la cantinela que se repite una y otra vez para el aficionado algecirista.
Las últimas cuatro presencias en la categoría (2005/06, 2007/08,
2013/14 y 2015/16) se saldaron con la pérdida de la misma. Bien es
cierto que en dos de esas ocasiones el equipo ascendió a la primera,
pero la grada ya no se conforma con eso, quiere dejar de ser un equipo
ascensor. Pero no va a ser este año. Otra vez, como en 2014, una pésima segunda vuelta ha abocado al equipo al desastre.
Ya desde el principio se ponían las cosas cuesta arriba para los de Guti. Tras un inicio en el que ambos equipos llegaron al área contraria, los murcianos lograron adelantarse a mitad de la primera mitad tras rematar Germán una falta botada desde el lateral.
Pudo ser incluso para los albirrojos si hubiese subido al marcador el
que hubiera sido el segundo tanto del Murcia. Sin embargo, fue
invalidado por posición antirreglamentaria. Pero todavía faltaba la
mayor desgracia. El probablemente mejor jugador del Algeciras
esta temporada, Santi Luque, se tenía que retirar a la media hora tras
un derribo en el área en el que locales pidieron penalti, que el
colegiado no señaló.
No tardó mucho Iván Turrillo en hacer olvidar a la grada la polémica acción anterior. El capitán logró el empate tras una jugada personal que finalizó con un disparo raso desde la frontal.
Volvía a haber ilusión. El milagro era posible. Los resultados
permitían soñar. Con un gol, el equipo seguiría siendo de Segunda B.
El tanto al borde del descanso dio aire al conjunto de Guti. Tras la reanudación, parecía que sí podía pasar.
El equipo albirrojo comenzó a llegar y a crear peligro al Murcia,
aunque realmente no materializaba todo ello en ocasiones claras. Pasaban
los minutos y el gol seguía sin llegar. El sueño de permanecer
aún seguía a un solo tanto, pero cada vez se alejaba más... Hasta que la
posibilidad se esfumó definitivamente. Casi en el descuento, cuando hay existía la posibilidad de un milagro épico, Josemi cometió un penalti. El Murcia logró transformarlo, aunque de inicios el disparo se marchó al larguero y el rebote lo recogió Carlos Álvarez para apuntillar a los gaditanos.
Con esa situación, se vivieron momentos de tensión. Iván Turrillo fue expulsado por protestar (la
primera tarjeta, en la primera parte, fue por el mismo motivo) y tuvo
que ser agarrado por miembros del cuerpo técnico de su mismo equipo para
evitar que se encarase con el árbitro. Tras el partido, muchos jugadores algeciristas quedaron desolados y alguno incluso rompió a llorar. De nuevo, el fútbol volvió a ser cruel con el Algeciras de una forma muy similar a la de 2014. De nuevo, habrá que remar en los infiernos de Tercera.
En la última ocasión, el equipo fue campeón y retornó a la primera,
pero no es sencillo. Con tristeza, deberá afrontar de nuevo el reto del
ascenso. Aunque de lograrlo, todos esperan que la película no se vuelva a
repetir.